El riesgo país es uno de los temas favoritos de las autoridades económicas del gobierno actual. Y es entendible. Con la necesidad de financiamiento de más de USD 10.000 millones al año y la poca efectividad en la corrección del déficit fiscal ¿quién no? De eso depende el costo de las nuevas deudas.
Hasta mayo pasado las cuentas de redes sociales oficialistas publican la tendencia a la baja. Pues claro, era gracias a sus gestiones, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), etcétera. Pero a mediados de julio hubo un cambio de tendencia y el riesgo país tuvo un repunte importante. Ahora no cuentan nada de cómo va.
La última vez que se discutió sobre el tema fue en la colocación de bonos que hizo el gobierno en una operación para pagar por adelantado los Bonos 2020. Se aprovechó la confianza de los mercados en la economía ecuatoriana, a juicio de las autoridades. Bien jugado, considerando la situación actual.
Sin embargo, en aquella ocasión comenté en este mismo espacio lo que al parecer estaría sucediendo ahora.
Cuestioné el apuro para realizar dicho reperfilamiento y sugerí que, diferente a lo que promocionaba el Gobierno, “podría interpretarse como una falta de convicción de que las condiciones fiscales del país serán mejores en 2020. Es decir, que todavía podría existir incertidumbre entre las autoridades sobre la capacidad del Gobierno para cumplir sus obligaciones”. Me refería a que los fuertes compromisos de ajuste con el FMI serían complicados de cumplir y por tanto, preveían que la imagen crediticia del país se deteriore. Y está sucediendo.
El Emerging Market Bond Index (EMBI), conocido como riesgo país, alcanzó un máximo de 742 puntos en agosto. Y aunque en la actualidad se encuentra en 693, implica un repunte importante de 263 puntos con relación a su valor más bajo del año alcanzado a mediados de junio (430). De hecho, en la actualidad se encuentra en sus niveles más altos de todo el año. Similares a los de inicios de 2018, cuando no había acuerdo y el manejo económico seguía desorientado.
Es evidente que la percepción de riesgo sobre la economía ecuatoriana aumentó en los últimos meses. Es probable que la escalada del riesgo país se deba a la baja del precio del petróleo y a la reducción de las metas de extracción de crudo hasta el 2021. En el último mes, el precio referencial del petróleo se redujo 5%.
Además, los conflictos políticos y económicos que viven economías de la región como Argentina podrían tener un efecto contagio sobre la percepción de riesgo del país. Ecuador y Argentina son los únicos países latinoamericanos con moratorias en el pago de su deuda externa en la década pasada. Y la falla del gobierno de Macri con su acuerdo con el Fondo, enciende las dudas sobre la capacidad de Ecuador para cumplir el suyo. Todo esto sin considerar que las cifras fiscales no muestran tanta mejoría como se le prometió al Fondo.
Es así que el impacto positivo del FMI sobre el riesgo país se diluye. El aumento de más de 260 puntos entre junio y septiembre prácticamente ha anulado la reducción de más de 200 puntos que tuvo el indicador de riesgo tras el acuerdo.
A las puertas del último trimestre del año, el más difícil para las finanzas públicas, no se avizora un mejoramiento contundente de este índice. ¿Y ahora?
Artículo originalmente publicado en Primicias.
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